Existen dos principios importantes en el
metabolismo; el metabolismo puede dividirse en tres categorías principales:
·
Catabolismo: Procesos
relacionados con la degradación de las sustancias complejas.
·
Anabolismo: Procesos
relativos fundamentalmente a la síntesis de moléculas orgánicas complejas.
·
Anfibólicas: Doble
función (catabólica y anabólica). (Chung, 2017)
La estrategia básica del metabolismo es
formar ATP, poder reductor y precursores para la biosíntesis. Revisemos
brevemente estos temas centrales:
El ATP es la unidad biológica universal
de energía. El elevado potencial para transferir grupos fosforilos capacita al
ATP para ser utilizado como fuente de energía en la contracción muscular,
transporte activo, amplificación de señales y biosíntesis. (Chung, 2017)
El ATP se genera en la oxidación de
moléculas combustibles, como glucosa, ácidos grasos y aminoácidos. El
intermediario común en la mayoría de estas oxidaciones es el acetil-CoA. Los
carbonos del fragmento acetilo se oxidan completamente a CO2 en el ciclo del
ácido cítrico, con formación simultánea de NADH y FADH2, que transfieren sus
electrones de elevado potencial a la cadena respiratoria, con formación final
de ATP. La glucólisis es otro proceso generador de ATP, pero la cantidad que se
forma es mucho menor que en la fosforilación oxidativa (2 vrs. 30 0 32 ATP‘s).
Sin embargo, la glucólisis puede transcurrir rápidamente durante un corto
tiempo en condiciones anaeróbicas, mientras que la fosforilación oxidativa
requiere del suministro continuado de O2. (Chung, 2017)
El NADPH es el principal dador de
electrones en las biosíntesis reductoras. En la mayoría de la biosíntesis, los
productos finales están más reducidos que sus precursores, y por ello,
requieren, además de ATP, un poder reductor, los cuales proceden normalmente
del NADPH. La vía de las pentosas fosfato suministra gran parte del NADPH que
se necesita. (Chung, 2017)
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